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Fiebre: ¿qué hacer?

 

La fiebre es un síntoma muy frecuente en los primeros años de vida. Los niños comienzan la escuela o jardin y,  especialmente durante el invierno, tienen muchas infecciones. “Se lo contagian todo”, por lo que con frecuencia tienen fiebre… para defenderse.

Hay que tener en  cuenta que la  fiebre es un mecanismo que tiene el organismo para luchar contra el ataque que supone la infección. La fiebre es la reacción del cuerpo, no la enfermedad.

La elevación de la temperatura facilita la acción de las defensas del organismo frente a las bacterias y los virus que producen las infecciones.

Por lo tanto, no «tratamos» la fiebre sino que buscamos aliviar el malestar que la fiebre pueda producir al niño.

Ante el cuadro febril de un niño, siempre está justificada la precaución, pero en ningún caso la alarma exagerada, hay que evitar el miedo a la fiebre.

Ante un niño con fiebre, lo más importante es saber cuál es la causa y estar pendiente de aquellos síntomas que indican problemas y la conveniencia de consultar al pediatra.

Ante la fiebre lo importante son los otros síntomas y cómo se encuentra el niño: si sigue jugando, pueden estar más tranquilos que si se encuentra apagado, esto sobre todo al descender un poco la fiebre..

Detrás de la fiebre existen muchos mitos que implican, sobre todo, a los más pequeños. El principal mito es el de que la fiebre puede provocar un daño cerebral grave e irreversible, algo que no ocurre. El otro mito es la capacidad de la fiebre para provocar graves convulsiones, lo cual ocurre en 4 niños de cada 100,  en general son leves, suelen aparecer con fiebre baja y, además, el tratamiento de la fiebre no las previene.

¿Qué medicamento se ha de utilizar para bajar la fiebre?

Para disminuir la fiebre y aliviar el malestar en los niños se utilizan habitualmente el paracetamol, dipirona o ibuprofeno. Se presentan en gotas, en jarabe y también en supositorios, mas aplicar medidas físicas como el baño de agua tibia o paños .

Debe saber que la utilización de tratamientos contra la fiebre no acorta la duración de la enfermedad.

Hay que tener en cuenta que:

  • siempre consultar cuando son menores de  3 meses aunque lo vea en buen estado de salud si no tiene clara causa de la fiebre como mocos o tos.
  • administrar las dosis de analgésicos/antipiréticos  indicadas por el pediatra en consultas anteriores.
  • consulta inmediata en todo niño que presente «signos de peligro»,estos son: fatiga o respiración rápida, no puede tomar líquidos o pecho o vomita todo, somnolencia o le cuesta despertar, le aparecen manchas en la piel.

SIEMPRE CONSULTE A SU PEDIATRA

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